Para todos los guatemaltecos, las gaseosas en bolsa es una de los recuerdos más agradables de la infancia. Ya sea porque se acompañaba con los tradicionales shucos o porque era un día caluroso. Lo cierto del caso, es que no importa el momento, cualquier ocasión es una buena excusa para recordar y tomar un agüita en bolsita.
Historia de las gaseosas en bolsa de Guatemala
El mundo de las sodas o aguas carbonatadas comenzó en 1885. Desde entonces, la industria no ha parado de crecer y, año con año, se aparecen nuevas marcas. De hecho, las gaseosas comenzaron a llegar a Guatemala a principios de los años 20.
(Foto IG: @irvinenriquez_7)
Se trató de un momento importante para el crecimiento de la moda, música, gastronomía y crecimiento del país. Desde el punto de vista económico, el territorio nacional se vio influenciada por las embarcaciones estadounidenses y el intercambio cultural de las nuevas empresas.
De esa manera, se introdujo la distribución de las botellas de vidrio para diferentes productos como leche, agua pura y las gaseosas. A las tiendas de esquina y las tiendas de barrio llegaron ventas innovadoras, pero con él un precio muy alto.
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Para los guatemaltecos de esa época era caro invertir en un envase del cual se desharían. Por ello, con algo de ingenio, se buscaron otras maneras de poder vender el producto a precios más accesibles sin eliminar la opción en botella.
Así surgió la bolsita y la pajilla, una combinación que simplificó la vida de los transeúntes que necesitaba una forma más práctica de beber agua. Justo en los años 90 tomó auge y, poco a poco, esta tradición se extendió a México, El Salvador y Honduras.
En la actualidad
Hoy en día, las empresas encontraron un nicho único en Centroamérica gracias al consumo de gaseosas en bolsa. Sin embargo, con el pasar de los años y con la introducción de la botella plástica en los años 70, ya no es frecuente el consumo de la bolsa.
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Por el contrario, se le considera un recuerdo que se traslada en diferentes puntos. Por ejemplo, en las casetas de los shuqueros quienes solían preparar combos con agua en bolsa incluida, o las travesuras de los niños al no devolver el vuelto por comprar el famoso «ricito y la bolsita de agua».
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Para Guatemala, es una costumbre disfrutar de estos recuerdos durante las ferias donde suele ser habitual reanimar las tradiciones más antiguas. Sin embargo, la tecnología ha permitido la creación de nuevas formas de almacenar agua que no requiere ni de una bolsa plástica, ni tampoco de botellas de vidrio o plástico.
Referencias
- Guatemala.com. 26 hábitos que delatan a un verdadero Chapín. Consultado el 2 de diciembre de 2020, de: https://bit.ly/2I1Hoj8
- Guatemala.com. 30 cosas que solo los guatemaltecos entenderán. Consultado el 2 de diciembre de 2020, de: https://bit.ly/36z5wmN
