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Historia de Dame mi nalga y te doy tu guacal

Por: Karin Aroche | Actualizado el:
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Leyenda del dame tu nalga y te doy tu guacal - Foto Cementerio General de Guatemala
(Foto: Cementerio General de Guatemala)

La tradicional historia «dame tu nalga y te doy tu guacal» es una leyenda guatemalteca que se ha transmitido de generación en generación en el país.

La antigua leyenda de la famosa frase «dame mi nalga y te doy tu guacal» es una historia que ronda por toda Centroamérica. Sin importar el origen del país, en Guatemala esta relato se mezcla con la voz del llanto de la llorona junto a la tradición oral.

Leyenda de la historia de Dame mi nalga y te doy tu guacal

Cuentan las abuelitas que, en algún barrio de Guatemala, una madre le había pedido a su hijo hacer un mandado. A eso del medio día, la señora le entregó unos cuantos quetzales para que pudiera ir a la carnicería y comprar una libra de carne para el día siguiente.

Entre risas y juegos, el niño salió de casa para encontrarse con sus amigos a jugar fútbol. Olvidó por completo la petición de su mamá y se gastó el dinero en chucherías, gaseosas de bolsita y dulces para los demás.

Leyenda del dame tu nalga y te doy tu guacal - Foto UNBOUND Comunicaciones Guatemala

(Foto: UNBOUND Comunicaciones Guatemala)

Pasaron las horas, cayó la tarde y los pequeños debían volver a casa. Sin embargo, el niño recordó para qué era el dinero y comenzó a llorar. Arrepentido se quedó en la cancha pensando qué hacer. En ese mismo instante, un enterrador salió del cementerio y pasó cerca de él.

Al escuchar su llanto, le preguntó qué le había pasado. El patojo le contó su historia y, conmovido, hicieron un trato. Uno de sus ayudantes había tomado el día y esa noche necesitaba alguien que pudiera acompañarlo al amorgue. El señor le comentó que en ese lugar debía aprovechar a tomar la nalga de un difunto para compensar la carne que no compró.

Leyenda del dame tu nalga y te doy tu guacal - Foto IG @tocinooh

(Foto IG: @tocinooh)

Pero, había una condición. El niño debía pagar el robo con una prenda para compensar la carne. En ese momento, el niño solo llevaba un guacal —objeto que le dio su mamá, para que no se chorrera el agua de la carne descongelada—. Así se hizo, el muchacho fue, tomó la nalga y ayudó al enterrador.

Leyenda del dame tu nalga y te doy tu guacal - Foto Morgue del Hospital San Juan de Dios

(Foto: Morgue del Hospital San Juan de Dios)

Ya más calmado y tranquilo, regresó a su casa como si nada. Sin embargo, el muerto se levantó de su entierro. A eso de las 12 de la noche, se dispuso a buscar al niño acompañado de una campana. En las calles se escucha «dame tu nalga y te doy tu guacal» y luego sonaba la campanita. Pero, el difunto le anunció su camino.

—Dame mi nalga y te doy tu guacal, ya voy saliendo del cementerio —tilín, tilín, suena la campana.

—Dame mi nalga y te doy tu guacal, ya estoy en la puerta de tu casa —tilín, tilín, suena la campana.

Leyenda del dame tu nalga y te doy tu guacal - Foto Jump Scare Video

(Foto: Jump Scare Video)

—¡Te agarré! —¡Pum! El muerto agarró al niño, mientras pegaba un brinco del miedo.

Datos curiosos

  • Se dice que aquel barrio se encuentra entre las calles de la zona 3, ya que es el único lugar con un cementerio y una morgue tan cerca.
  • Esta historia la contaban las abuelas e incluso entre los amigos, sentados en un círculo para pagar el susto con un grito de ¡Te agarré!

Referencias

  • de León. S. La historia que no conocías “Dame tu nalga…”. Consultado el 25 de noviembre de 2020. https://bit.ly/33jbJkH
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