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Origen de la frase «juventud divino tesoro» en Guatemala

Por: Karin Aroche | Actualizado el:
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Descripción de foto - de lado izquierdo, pareja de esposos jóvenes con su hijo. De lado derecho, pareja de esposos con más de 40 años de casados. - Crédito de foto - René Aroche
Descripción de foto: de lado izquierdo, pareja de esposos jóvenes recién casados. De lado derecho, pareja de esposos con más de 40 años de casados. (Crédito de foto: René Aroche)

La expresión «juventud divino tesoro» es muy usada por los guatemaltecos, cuyo origen proviene del poema Canción de otoño en primavera de Rubén Darío.

Juventud divino tesoro es una frase muy conocida entre los guatemaltecos. Por lo general, la población adulta y de la tercera edad suelen usar esta oración para marcar que «los tiempos de antes eran mejores». Sin embargo, los jóvenes guatemaltecos frecuentan su uso.

Origen de la frase «juventud divino tesoro» en Guatemala

Durante la primaria y parte de la secundaria, en las escuelas y los colegios guatemaltecos se enseñaba literatura centroamericana. Como parte del currículo se hacía homenaje a los autores destacados de cada país. Justo al llegar a la etapa del modernismo —en donde se tiene al guatemalteco Enrique Gómez Carrillo—, se hacía hincapié en la poesía.

Descripción de foto - Fotografía y retrato a blanco y negro de Rubén Darío. - Crédito de foto- TeleSur

Descripción de foto: Fotografía y retrato a blanco y negro de Rubén Darío. (Crédito de foto: TeleSur)

Muchos estudiantes no comprendían el propósito de estas lecciones, pero los profesores aprovechaban estas ocasiones para crear competencias de declamaciones o proponer un poema para presentar frente a los demás. Entre esas poesías surgió «Canción de otoño en primavera» de Rubén Darío —escritor nicaragüense conocido por su poema Azul—.

Descripción de foto - de lado izquierdo, Miguel Ángel Asturias de bebé. De lado derecho, Miguel Ángel Asturias de Adulto. - Crédito de foto - Centro Cultural Miguel Ángel Asturias

Descripción de foto: de lado izquierdo, Miguel Ángel Asturias de bebé. De lado derecho, Miguel Ángel Asturias de Adulto. (Crédito de foto: Centro Cultural Miguel Ángel Asturias)

El poema se trata de cómo el autor ve pasar su juventud, escapándose de sus manos con el pasar del tiempo. De hecho, esa pérdida le representaba un sufrimiento y dolor incomparable que lo hacía añorar el pasado.

¿Cómo se usa la expresión «juventud divino tesoro»?

En Guatemala se trata de una locución adjetiva. Es decir, es una expresión tan característica que está formada por una estructura fija —dos términos que unidos se entienden por sí solos—, cuyo significado se rompe si se separa dicha estructura.

Pero, ¿por qué adjetiva? Al escuchar juventud —sustantivo—, divino —adjetivo—, tesoro —sustantivo—, se entiende por sí solo que habla de un tiempo pasado que fue mejor. Por ello, en conjunto con el poema y lo que representa para el autor, los guatemaltecos adaptaron esta frase.

Descripción de foto - parte superior una foto antigua de la capital sin el Palacio Nacional en 1930. Parte inferior, parque Central, 2020. - Crédito de foto - minube . com

Descripción de foto: parte superior una foto antigua de la capital sin el Palacio Nacional en 1930. Parte inferior, parque Central, 2020. (Crédito de foto: minube.com)

Como guatemaltequismo, esta expresión se utiliza como una añoranza de los años pasados. Es por eso que se resalta «la juventud», pues representó una etapa con menos altibajos, preocupaciones, problemas o responsabilidades para el interlocutor. De esa manera, expresa un deseo por traer devuelta al presente esos momentos de tranquilidad.

En ocasiones, también suele relacionarse con «traer de vuelta» a seres queridos como familiares, amigos o parejas, que simbolizaron un importante vínculo para el hablante. Sin importar el caso, siempre se referirá al mismo sentimiento de nostalgia, melancolía o tristeza.

Poema «Canción de otoño en primavera»

El texto tiene un título muy característico. El autor reunió tres términos: canción + otoño + primavera. Por lo general, la poesía no es un diálogo común, de hecho se le interpreta como una canción que va dirigida a un alguien o algo.

Descripción de foto - de lado izquierdo, Ricardo Arjona joven. De lado derecho, Ricardo Arjona adulto. - Crédito de foto - Ricardo Arjona

Descripción de foto: de lado izquierdo, Ricardo Arjona joven. De lado derecho, Ricardo Arjona adulto. (Crédito de foto: Ricardo Arjona)

Pero, lo curioso es la combinación del otoño —que simboliza el caer de las hojas como el pasar de los años—, con la primavera —en donde florecen de nuevo los botones de las flores que abren paso al presente—. En pocas palabras, Rubén Darío le escribió un poema al pasado que trae al presente, en el momento que se abre un nuevo camino por vivir.

El poema

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé…

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía…

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé…
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe…

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también…

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín…

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…
¡Mas es mía el Alba de oro!

Referencias

  • Cultura Genial. Poema una Canción de Otoño en Primavera de Rubén Darío. Consultado el 5 de febrero de 2021, de https://bit.ly/2YSZ0T2
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