Antes de la llegada de los españoles al continente se llevaban a cabo uniones entre dos personas para formar familias. La dinámica de dichas uniones fue cambiando con la mezcla de dos culturas, la maya y española. Las tradiciones de cortejo matrimonial maya que posteriormente se realizaron en Guatemala eran reflejo de las antiguas prácticas.
Los rituales para cortejar a la novia y contraer matrimonio varía ligeramente en cada etnia maya, ya sea por las costumbres o la ubicación geográfica. Pero generalmente las formalidades son muy parecidas.
Tradiciones para el cortejo matrimonial maya
- Primero, cuando un joven deseaba casarse y había elegido novia, se lo hacía saber a sus padres.
- Los padres del muchacho lo hablaban entre ellos y en caso de no conocer a la mujer, indagaban sobre su capacidad de hacer tareas domésticas y su personalidad.
- De forma ceremonial, llegaba el novio a la casa de la chica con regalos para la familia. Entre dichos regalos resaltaban el pan, chocolate y aguardiente. De vez en cuando también se presentaba dinero.
- Cuando se brindaban los regalos, se pedía la mano de la novia. Estas visitas se realizaban temprano en la madrugada y se hacía de 3 a 6 veces.
- En cambio, los padres de la novia se informaban si el hombre sabía trabajar, cultivar bien la tierra y proveer de leña.
- Cuando ambos padres daban el consentimiento, los novios se consideraban unidos en matrimonio.
- Posteriormente, la novia se iba a vivir a casa de sus suegros. Allí vivían por algún tiempo o definitivamente con su nuevo esposo.
- Después de haberse unido en matrimonio, se celebraba el compromiso con un banquete en casa de los padres del novio.
(Foto: Proyecto Misionero “Hasta lo Último de la Tierra”)
Propuestas de matrimonio curiosas
Una de las formas más interesantes de pedir la mano fue una que se realizaba en San Pedro La Laguna, antes de los años 1900. Para cortejar, el joven esperaba a la señorita en el camino que ella tomaba para regresar del lago. Al encontrarse, mantenían una pequeña conversación y el muchacho le hacía una serie de promesas.
Si el hombre sentía que ella estaba interesada, él sacaba un paquete de viejas monedas españolas envueltas en papel de china, amarrado de un listón brillante. Este lo introducía en la blusa de la chica desde la parte posterior del cuello. De esta forma, ella no podría ver lo que poseía el paquete hasta llegar a casa y ver su ropa.
Entonces, si la chica no devolvía las monedas, el joven sabía que ella aceptaba la propuesta. A veces, aunque la chica sí quisiera casarse con él, devolvía las monedas para saber qué tan determinado estaba él por ella.
Referencias
- Velilla, L. (2004). Conceptualización del matrimonio en una comunidad maya. Universidad Rafael Landívar. Trabajo de grado. Recuperado el 4 de diciembre del 2017, de https://goo.gl/KKuifG
